¿Quién no ha tenido un esguince de tobillo? ¿Y quién no ha escuchado lo importante que es su tratamiento y recuperación? Hoy, para responder a todas vuestras dudas, desde el Colegio de Podólogos de Asturias, queremos tratar el tema para despejar dudas y ofreceros respuesta a todas vuestras dudas.
Pero empecemos por el principio, ¿qué es un esguince? Un esguince es una lesión de los ligamentos que unen una articulación. Los ligamentos son fibras fuertes y flexibles sin capacidad de contracción, que unen y estabilizan los huesos y que permiten el movimiento, pero lo limitan, evitando que la articulación se mueva de forma excesiva. Cuando estos se estiran demasiado o presentan ruptura, la articulación duele y se inflama. Se origina el esguince.

En el caso del tobillo, el esguince es bastante habitual, por el movimiento constante y tensión continua a la que están sometidos los pies. Cuando el pie aterriza de forma violenta o inadecuada, los ligamentos se estiran en exceso y pueden llegar a romperse. Como en la mayoría de lesiones, existen grados de gravedad:
- Grado I. Leve, sin rotura de ligamentos.
- Grado II. Moderado, con rotura parcial o incompleta.
- Grado III. Rotura ligamentosa completa. Requiere cirugía.
Las primeras 24 horas tras la lesión son críticas, y por eso debes acudir inmediatamente al podólogo. Será él el encargado de valorar el grado de nuestro esguince, el tratamiento y tiempo de recuperación. Mientras tanto, desde el Colegio de Podólogos de Asturias recomendamos seguir el RICE:
- Reposo: Importantísimo. El esguince necesita de mucho reposo para su recuperación. Por supuesto, el especialista será el encargado de guiarnos dependiendo de la naturaleza del mismo. Normalmente, se recomienda reposo total las primeras 24 horas.
- Ice (Hielo): Con la aplicación no directa del mismo conseguiremos reducir la inflamación. Es recomendable aplicarlo 2 o 3 veces al día durante la duración total del tratamiento.
- Compresión: Con el objetivo de limitar el movimiento y evitar el empeoramiento del esguince, se realizan vendajes funcionales y/o compresivos.
- Elevación: De esta forma, la posible hemorragia así como los fluidos consecuentes a la inflamación drenarán de forma correcta y evitaremos su acumulación en el pie.

¿El objetivo? Disminuir la inflamación y evitar males mayores. Es habitual, y los podólogos lo vemos continuamente, como el no seguir las indicaciones pertinentes tras el momento de la lesión puede agravarla.
¿Por qué acudir al podólogo para el tratamiento de un esguince de tobillo? El podólogo puede reconocer el problema y determinar el estado de nuestro ligamento, gracias a pruebas diagnósticas rápidas como radiografías y ecografías, además de ofrecernos tratamientos para la reeducación funcional de la articulación evitando así esguinces de repetición.. De cara a la mejora de la lesión, el podólogo puede recomendar una serie de ejercicios que nos ayuden a trabajar la musculatura del tobillo, mejorando la flexibilidad y trabajando el fortalecimiento de los ligamentos y de la musculatura.

Como siempre, desde el Colegio de Podólogos de Asturias recomendamos apostar por la prevención, y en el caso de los esguinces de tobillo, el uso de un calzado adecuado para la actividad pertinente, así como un calentamiento y estiramiento previo en caso de que vayamos a realizar alguna actividad física, ayudarán a evitar el peligro de sufrir este tipo de lesión
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